En el grupo Los integrantes tienen objetivos individuales que no siempre están acordes con los de la organización, por ejemplo, un jugador de fútbol decide lucirse en un partido pues quiere que lo pasen rápidamente a un club internacional. El hecho de no ceder su protagonismo puede alterar los resultados del grupo.
Como las motivaciones parten más desde lo individual, el liderazgo está dirigido a supervisar el trabajo de cada uno, que sí cumplan con las tareas determinadas.
Los reconocimientos se realizan individualmente, pues las responsabilidades son puntuales.
Se realizan reuniones para atender las tareas urgentes.
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| En el equipo Los miembros tienen muy claro que los intereses del equipo están por encima de los particulares, conocen muy bien la misión y la visión de la organización y se orientan hacia allá. Entienden que existen momentos donde no será su talento específico el más requerido y cumplirán un rol secundario.
El liderazgo es más participativo. Se tiene claridad a donde se quiere llegar y en cualquier momento un miembro puede tomar la vocería, obviamente teniendo el respaldo del jefe.
Se realizan reconocimientos colectivos, pues los logros son conjuntos.
Se revisan las problemáticas que no están dejando llegar al objetivo, se encuentran soluciones con aportes colectivos. Es importante recordar que todos los equipos necesariamente debieron iniciar como grupos y con el proceso de formación, entrenamiento, definición de roles se va alcanzando la madurez para avanzar hacia un equipo de trabajo altamente efectivo. En este proceso juega un papel preponderante la confianza que el líder empiece a depositar en los demás miembros, haciéndolos partícipes de las decisiones y proyecciones que se tengan. Incluso que sean ellos mismos quienes generen sus normas. |
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